Siempre en domingo.






Todavía se escucha algo en las tardes,
cómo el canto lejano de un zanate,
cruza el tiempo y el espacio,
permanece casi intacto.

Sigue su camino con la luz a medias,
brinda los domingos por antiguas tragedias,
como si el alcohol borrara lo aprendido
como si lo sintiera casi apenas.

Nos quieren destruir, pero no les temas,
son nuestros sueños lo que los debilita,
así que no pares de pensar,
no dejes de pensar.

Mira como se alimenta de chatarra,
aquel robot melancólico,
quiere recuperar su memoria,
casi no tiene ganas de charlar

Todavía se oyen sus lamentos,
¿De qué sirve tener deseos?
si aún nos falta tanta vida
cruza el tiempo y el espacio.


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