Abril.
Siempre al sentido contrario de las manecillas, contando tus pasos, evitando las líneas. Es que siempre fuiste tan correcta.
Tomabas al aire de la mano y jugabas con él, con las horas que acechaban tu cumpleaños número 23, evitabas todo tipo de mancuerna con lo esotérico, con lo excepcional , y así te llevabas los dias, prendida de la mitad real de todo.
Bruja que descomponía la pintura, que la veías de cabez hasta secarla de significado, de torpes manos, de pisadas sucias que manchaban la alfombra.
Ridicula.
Siempre al contrario del flujo matutino, café a medio tostar, sueño a medio dormir, eras estrella de una mañana inconmensurable. Voraz.
En el último aliento de una bocanada inmensa, siempre pedias el mismo deseo cada 2 de Abril, regresar al vasto y verde campo de Austin.
Es que siempre fuiste tan correcta, Abril.
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